La hominización y sus consecuencias

«La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable.» Leonardo Da Vinci (1452-1519).

Son muchos los autores que han estudiado los cambios en la dieta a lo largo de la evolución humana y sus consecuencias.
Pero durante el proceso de hominización, cuya consecuencia es la aparición de la especie humana, se produjeron una serie de cambios no sólo psíquicos (racionalidad, capacidad de abstracción…) y culturales (construcción de útiles, manifestaciones artísitcas…), sino sobre todo, anatómicos. Y precisamente, esos cambios anatómicos los explica magistralmente M.A. Clauzade en su libro L´Homme, le crane, les dents (SEOO Editeur, 1991): adquisición de la marcha bípeda, aumento del volumen craneal, disminución del prognatismo y adelantamiento del foramen magnum.

Además, menciona entre la etiología de la migraña y la cefalea las caries profundas, las gingivitis, etc porque pueden crear «mouvements d´évitement mandibulaires», como cambiar de lado de masticación habitual para evitar al o a los dientes doloridos, creando tensiones miofasciales. Y hace hincapié en los trabajos de ADLER acerca de las espinas irritativas (por ejemplo, cordal superior extruido por carecer de antagonista) que pueden generar neuropatías de compresión.

La espina irritativa como causante de cefaleas y migrañas

«Ningún descubrimiento se haría ya si no contásemos con lo que sabemos»
Séneca (2 a.C- 65 d.C)

El Dr. Ernest Adler, fue un médico alemán, aunque checo de nacimiento, que llegó en los años veinte a Lloret de Mar, donde ejerció en su propia clínica dental. Se le considera el padre de la Odontología Neurofocal.
Llama la atención que hace ya varias décadas describió cómo un cordal superior carente de antagonista, al sufrir una egresión terminaba por irritar la mucosa localmente sin dolor, pero causando patología a distancia.

Este trauma mecánico irritativo local puede suceder igualmente cuando un cordal superior, la tuberosidad maxilar e incluso un segundo molar superior, impiden la dinámica normal de la mandíbula. Como consecuencia de ese trauma mecánico, se ven afectadas terminaciones del V Par Craneal, de ahí la patología a distancia.

Adler conseguía unos resultados terapéuticos increíbles en sus pacientes tras extraer cordales o detectando focos infecciosos gracias a la terapia neural que aprendió en Alemania.

De hecho, en su libro «Terapia Neurofocal Dental» muestra numerosos casos clínicos donde se resuelven cefalgias, neuralgias trigeminales, vértigos, etc.

La importancia de una dieta que no sea blanda

Se habla y se escribe cada vez más acerca de por qué en la actualidad existe una mayor incidencia de maloclusión en la población.
En este gran artículo, Kevin L. Boyd explica muy claramente que la maloclusión no tiene una base genética, sino que está causada por el cambio en el tipo de dieta que ha tenido lugar en el ser humano en su evolución.
Es decir, cita a LA DIETA CIVILIZADA como causa de buena parte de la patología oral actual.

Recomendamos toda su lectura, pero ya en la primera página deja clara su postura:
«Muchos de nuestros problemas dentales y ortodóncicos actuales están relacionados con una discordancia entre las propiedades químicas y físicas de loa alimentos que consumimos hoy en día y las de aquellos para los que los dientes y maxilares de nuestros ancestros se adaptaron mejor».
En las conclusiones, menciona:
«Aunque muchos antropólogos y otros científicos han sugerido que la maloclusión es otra enfermedad relacionada con el moderno estilo de vida occidental, este punto de vista aun no parece aceptado por la comunidad dental».
Efectivamente, gran parte de los odontólogos/estomatólogos aun rechazan esa relación. Nuestro punto de vista es el del español Dr. Pedro Planas, quien ya sostenía que la dieta civilizada, al exigir un menor esfuerzo masticatorio, provocaba una falta de desarrollo del sistema estomatognático. Ello trae consigo trastornos del desarrollo (maloclusiones), trastornos periodontales y cráneo-mandibulares.